EMBARAZO

TODO SOBRE EL EMBARAZO

Aspectos psicológicos

Muchas son los lugares de consulta para la mujer embarazada. Pero al hablar de embarazo es importante hacerlo desde la totalidad, con esto nos referimos a tomar en cuenta los distintos puntos de vista: el biológico pero también el psicológico y social
Como veíamos en un artículo anterior “Cambios psicológicos en el embarazo”, el embarazo desde el punto de vista psicológico enfrenta a la mujer con un conflicto, un conflicto que está vinculado a emociones contradictorias, por un lado la satisfacción por el estado de estar embarazada, con su bebé en compañía, y esperando su llegada al mundo, pero por otro la angustia que le producen los cambios que experimenta a nivel corporal, las expectativas familiares y sociales, que esperan de ella un sentirse plena y feliz. Además de este conflicto que se produce en el embarazo, la mujer vive otros conflictos que están determinados por su vínculo afectivo hacia el feto. Este vínculo siempre es ambivalente donde se encuentran sentimientos encontrados de rechazo y de aceptación. Este rechazo también le produce angustia y culpa a la mujer embarazada que siente que no debería experimentar ese sentimiento. Sentimiento que tampoco es constante sino que se produce por momentos.
Las nauseas, los vómitos tan frecuentes en la mujer embarazada, la mayoría de las mujeres lo experimentan, y tienen que ver con esa ambivalencia, con ese sentimiento de rechazo y la fantasía de expulsarlo de esta manera. (Teoría sexual infantil la mujer se embaraza comiendo algo o embarazada por la boca). Los vómitos durante un período son normales, explican los sentimientos encontrados de la mujer, pero hay casos que esos vómitos se vuelven patológicos lo que se denomina Hiperemesis gravídica que se vincula con la imposibilidad de la madre de controlar el vómito. Allí desde el punto de vista psicológico, el sentimiento de rechazo es muy importante y de peligro de vida.
De manera que el embarazo siempre se transita con conflictos. También hay otros aspectos que se movilizan en la mujer embarazada. Uno está vinculado al propio narcisismo que en algunas mujeres llegan a la omnipotencia, sienten que son las portadoras de dar vida y esa otra persona por nacer depende casi exclusivamente de ella. Esto produce que la mujer pierda el interés por el mundo y se repliegue en si misma y en su bebé quedándose horas hablando a su bebé, sintiendo sus movimientos, tocando su vientre. Es allí donde juegan también sus fantasías, sus preocupaciones, sus temores, su forma de disfrutar también de esa relación.
Muchas veces se produce en la mujer embarazada una despreocupación de todo su entorno inmediato no solo de su marido sino también de otros hijos. Por momentos la mujer siente a sus bebé y ella solos en el mundo.
Así es que el mundo afectivo de la mujer embarazada se encuentra muy movilizado entre un aumento del narcisismo, angustia, fantasías, temores.
También operan en la mujer embarazada otros mecanismos, como por ejemplo la regresión. Los famosos “antojos” son un ejemplo de ello, esa necesidad de sentirse mimada como sucedió en etapas anteriores de su vida, antes por sus padres, ahora por su pareja. Siendo esta una forma de compensar la responsabilidad que siente como madre.
También existen otras conductas que tienen que ver con ese fenómeno de regresión, como ser la necesidad de descanso más de lo normal, la somnolencia durante el día. Este aspecto regresivo se vincula por un lado con identificación con el feto, – de manera que también descanse- y por otro tiene el beneficio secundario de evitar tareas que pueden serle poco gratas, con las domésticas.
Hay mujeres que no pueden aceptar sus sentimientos, sus emociones, Así es que otro mecanismo frecuente en la mujer embarazada es la negación, en ocasiones la mujer necesita negar su rechazo, negar su angustia, negar el sentimiento de soledad, negar sus temores.
Por último hay un mecanismo que siempre surge en la mujer embarazada que es la identificación. Como veíamos anteriormente la mujer embarazada se identifica con el feto dándole un lugar no solo en su cuerpo, sino en su mente. Así es que la mujer embarazada habla por su bebé. Muchas veces hemos escuchado mujeres decir “está incómodo”, “está cansado” “tiene hambre”. Pero también la mujer embarazada se identifica con su madre. Generalmente se produce un acercamiento madre-hija en esta etapa.

CAMBIOS PSICOLOGICOS EN EL EMBARAZO

Durante el embarazo la mujer experimenta una serie de cambios psicológicos donde se movilizan muchas cosas y se reacomodan otras.
El embarazo es un fenómeno trascendente en la etapa adulta que genera modificaciones más allá del bebé y la mamá. Constituye cambios en el padre en la familia.
Si bien la mujer es la que está embarazada también el padre lo está. En ese sentido que el embarazo tiene repercusión no solo en la mujer sino en el grupo familiar.
El embarazo además de los cambios biológicos que se producen en la mujer embarazada conlleva cambios en el orden psíquico, emocional y vincular. Además de un condicionamiento del orden social y cultural.
Hay una imagen social de la mujer embarazada, de la pareja de la mujer embarazada, de los hermanos que esperan al futuro hermano, de los futuros abuelos.
De manera que un fenómeno natural como lo es el embarazo está rodeado de una cantidad de fenómenos sociales y culturales.
En la mujer embarazada confluyen el área biológica, psicológica y social – cultural.
El embarazo para toda mujer tiene un lado gratificante que es del sentimiento de placer, de alegría, que en general también se da en la casa y en el núcleo familiar y a la mujer la hace sentir muy bien. La mujer se siente plena, hay un sentimiento de plenitud de la mujer embarazada. La mujer se siente acompañada, repite la experiencia que tuvo cuando su propia concepción con su mamá. El vínculo madre – hijo es desde ese punto de vista íntimo e incompartible. Desde el punto de vista psicoanalítico hay cierta envidia de los hombres al embarazo de la mujer, que tiene que ver con la capacidad de gestar, de dar vida, y de estar en compañía no en soledad, que solo lo vive la mujer embarazada.
Esta plenitud que vive la mujer embarazada tiene también otro aspecto no tan gratificante que es la angustia. Todo embarazo conlleva además de esa gratificación y ese sentimiento de plenitud y componente de angustia.
Hay mujeres que viven bien su embarazo otras lo viven mal, pero en todas hay un componente de angustia importante.
Esta angustia puede tener que ver con múltiples causas, desde la preocupación económica por el futuro del niño, problemas de pareja pero existen otras angustias ligadas a los cambios corporales que son dramaticas para algunas mujeres.
Esta angustia en el embarazo proviene de los cambios corporales que requiere un reacomodo psíquico entre el yo psíquico y el yo corporal. Muchas mujeres se preguntan cuantos kilos voy a engordar, los podré bajar?
Hay otro tipo de angustias ligadas a las expectativas culturales. Cómo voy a hacer como mamá? Cómo será el parto? Tengo que estar feliz porque estoy embarazada y todo el mundo me felicita. Estas expectativas culturales angustian a la mujer que siente que debe responder a ellas y sin embargo muchas veces no se siente dispuesta.
La mujer embarazada muchas veces se le oye decir “estoy horrible, muy angustiada, no se que hacer” – El entorno familia y social no espera de la mujer embarazada esto sino que se sienta feliz, realizada como mujer y como futura madre.
Esto hace que muchas veces la mujer embarazada ni siquiera exprese ese sentimiento de angustia y que también encuentre sentimientos contradictorios en si misma por un lado se siente satisfecha pero por otro angustiada. Allí es donde el embarazo produce un conflicto en la mujer embarazada. Conflicto por esa contradicción de sentimientos angustiantes y satisfactorios.

PARTO SIN DOLOR

En otros artículos Cambios psicológicos en el embarazo y todo sobre el embarazo hemos mencionado algunas de las características y mecanismos de la mujer embarazada desde el punto de vista psicológico.
Cuando hablamos de factores psicológicos nos referimos a dos tipos de fenómenos, los factores ligados a nivel conciente, que la mujer embarazada puede explicitar, pero hay otros que no explicita y son frecuentes que son los temores en el embarazo.
Esos temores son variados, pero fundamentalmente se vinculan a lo que está sucediendo en su interior, cómo se está gestando el feto, si está sano, temores a los dolores del parto, daños que pueden generar el parto en ella y en el feto, miedo a morir.
Temores en embarazo sociales también, si va a poder responder a las demandas sociales, ser “buena madre”.
También hay temores vinculados al estado en que nacerá ese niño, temor a que sea enfermo, deforme.
Llegando a la fecha del parto el temor en ese momento está vinculado al dolor. Es allí donde algunas mujeres concientes de ello inician psicoprofilaxis o lo que se denomina cursos de parto sin dolor.
No todas las mujeres experimentan un gran dolor durante el parto. Algunos médicos han planteado que existe en las mujeres sobre todo en sociedades occidentales un condicionamiento a que el parto sea doloroso. Entonces por un lado existe una serie de expectativas sociales de que el parto tendrá que ser con dolor, y por otra un condicionamiento de la mujer donde juegan sus temores y miedos que producen un efecto somático en el momento de las primeras contracciones.
Si la mujer permanece tranquila, distendida, ese dolor no tendría que aparecer o no debería ser tan intenso, es a lo que apunta las técnicas de parto sin dolor.
El peso de lo cultural como decíamos también incide. Hay sociedades que el parto es algo normal y las mujeres se mantienen relajadas de manera que no experimentan parto menos doloroso.
Los temores en el embarazo también están vinculados a la propia madre, a como su madre vivió esta situación, si fue una experiencia traumática o por el contrario vivieron partos buenos.
Es por ello que es importante que la mujer esté preparada a la hora del parto. Lo que se denomina psicoprofilaxis donde se prepara a la mujer para un parto saludable y menos doloroso. De manera también que entienda las fantasías que sustentan dichos temores, eso hace que la mujer logre distenderse y logre la experiencia del parto sin dolor.
La contracción del cuerpo promovida por los temores y fantasías es lo que generalmente produce el dolor en el parto. Existen técnicas de relajación que permiten mantener una respiración adecuada de manera de lograr distenderse, facilitando la entrada de oxígeno y evitando la contracción del cuerpo. Asimismo psicoprofilaxis que apunta al parto sin dolor puede apuntar también a un cambio en la forma de pensar de la mujer y en sus creencias.

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