Todos tenemos un corazón de papel. Todos.
Un corazón ligero, frágil.
Y cada persona o situación pinta colores en él.
Algunos pintan con colores intensos, cálidos y amenos. Otros pintan colores débiles, fríos e inarmónicos.
Algunos dejan trazos ásperos, que notamos al tocar en las hendiduras que marcan en el papel.
Otros pintan suaves y tiernos trazos… como acuarelas.
A veces lo que pintan en nuestro corazón de papel ocupa un gran espacio.
Otras pintan donde solo cabe un punto.
Pero todos pintan en nuestro frágil corazón de papel.
Lo que pocos saben es que es un corazón mágico. Puedes usar esa magia para reducir el tamaño de cada trazo, cada dibujo.
Y con esa misma magia puedes hacer que los colores sean débiles o fuertes.
Son hechizos que sin darnos cuenta siempre utilizamos.
Solemos usarlos para dar más espacio a los trazos ásperos, los que dejan hendiduras.
Y quitamos intensidad a los trazos cálidos y suaves. Casi hasta hacerlos desaparecer.
Todos lo hacemos, lo sé, porque esos encantamientos hacen que nuestros ojos sean de vidrio.
Un vidrio que se derrite y, templado, se desliza por nuestras mejillas.
Pero es nuestra la magia.
Es un poder con el que podemos volver a tener luz en nuestra mirada.
Con el que podemos «crear espacios» en nuestro corazón de papel para que nuevas personas llenen con trazos, sus trazos.
Porque ¿sabes algo?
A medida que pasa el tiempo y mas dibujos se acumulan en nuestro corazón de papel se reduce el espacio para dibujar en él.
Las sensaciones, tanto ásperas y frías, como suaves y cálidas, son las emociones que otros producen en nosotros.
Eres tú quien debe dar el lugar y la importancia a cada experiencia.
Si no lo haces te estarás cerrando a cosas maravillosas que están por venir.
Aprende a usar esa “magia”, esos “conjuros” que crean espacios y manipulan colores en tu corazón de papel inscribiéndote en Descodifica tu mundo interior.
Lili